LA MANIFESTACIÓN (Parte II: El detonante, Alcoy 1873)
PARTE II EL DETONANTE
LA MANIFESTACIÓN
para el día nueve de julio
y se pegaron carteles por la ciudad
para que el pueblo se uniera al desafío.
Pero el alcalde, que era un tirano,
no quiso escuchar las voces del pueblo
y a las cuatro de la tarde desde el balcón
disparó al aire como señal de que se iniciase la represión.
El estruendo fue la chispa que encendió
la mecha de la revolución
y los obreros respondieron con valor
y se lanzaron al asalto del consistorio.
El alcalde, que se creía un héroe,
se quedó solo y sin apoyo
y se parapetó en su despacho
esperando el fatal desenlace.
Los patronos, que le habían seguido,
también se atrincheraron en sus casas
y temieron por sus vidas y sus riquezas
ante la furia de los rebeldes.
Así empezó la revolución del petróleo
que fue un grito de rebeldía y dignidad
y que enfrentó a los obreros anarquistas
con la burguesía republicana que los traicionó.
La suerte estaba echada…
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PAN Y DISPAROS
Pedían pan y disparos les dieron
los que mandaban desde el poder
y que no querían perder sus privilegios
a costa de la miseria de los demás.
Libertad y represión se enfrentaron
en las calles de la ciudad
y que se tiñeron de sangre y fuego
en una noche de lucha y de dolor.
Dignidad e infrahumano se disputaron
el destino de la humanidad
y que se jugó en un duelo sin cuartel
entre los que querían vivir
y los que querían matar.
Son las antítesis que marcaron la historia
de aquel día en que el pueblo se levantó
contra la tiranía de los que oprimían
y que no respetaban la vida, la dignidad, ni el honor.
Fuentes; Alcoi, julio de 1873 (wordpress.com)
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