EL SUEÑO DE LA LIBERTAD (Parte I: Contexto Alcoy 1873)
LA GUERRA DE LAS DIECISIETE MÁQUINAS
En Alcoy, ciudad obrera, donde el telar y el papel
eran el pan y la miel de la gente trabajadora,
el dos de marzo de mil ochocientos veintiuno
se alzó la ira contra las máquinas nuevas
que robaban las faenas y las manos que las hilan.
Desde los pueblos cercanos vinieron los campesinos
que cardaban e hilaban lino en sus casas y sus campos.
Y entraron en la ciudad con palos, piedras y hoces,
dispuestos a hacer pedazos las máquinas que los oprimen.
Diecisiete fueron las víctimas de su furia desatada,
diecisiete máquinas rotas que ya no tejerían nada.
Pero el poder no se quedó quieto y envió a sus soldados
a reprimir el alboroto y a castigar a los culpables.
Hubo tiros, sangre y fuego, hubo muertos y heridos,
hubo presos y procesados, hubo luto y sufrimiento.
Pero también hubo valor y hubo dignidad obrera,
y hubo un grito de rebeldía que resonó en toda España.
Fue la guerra de las máquinas, la primera de muchas otras,
la que marcó el camino de la lucha de los trabajadores.
NOTA: Es lo que se conoce como ludismo, palabra que proviene de su líder en Gran Bretaña, Ned Ludd, y que en Alcoy ocurrió el 2 de marzo de 1821 con la destrucción de máquinas.
Despertar de la conciencia obrera en Alcoy
Surgieron muy pronto conflictos socialesEn una ciudad que vivía del trabajo textilDonde los obreros eran explotados y oprimidosPor los dueños de las fábricas y los impuestos del gobiernoAsí, una huelga de tejedores e hiladores en noviembre de 1840Fue el primer grito de rebeldía y dignidadDe los que no se resignaban a la miseria y el hambreY que exigían mejores salarios y condiciones de vidaDisturbios contra los impuestos de consumo en 1854Fueron la expresión de la rabia y el descontentoDe los que no podían pagar por lo básico y necesarioY que se enfrentaban a la represión y la violenciaHuelgas en la Fábrica de Paños de Hijos de Terol en 1855Y de tejedores de algodón en 1856Fueron los pasos hacia la organización y la solidaridadDe los que buscaban la justicia y la igualdadY una importante huelga general en mayo de 1856Fue el despertar de la conciencia de clase del proletariado alcoyanoQue se unió en una sola voz y una sola fuerzaPara luchar por sus derechos y su libertadEl despertar de la conciencia obrera en AlcoyFue un hecho histórico y ejemplarQue marcó el camino para otros movimientos sociales
ALCOY, 1873
Alcoy, ciudad obrera, donde la lucha se enciende
y la Internacional se extiende por toda la comarca entera.
Albarracín, Tomás, Pino, Fombuena, Seguí, Abad,
son nombres que hacen vibrar el corazón libertino.
Papeleros y tejedores se unen en la huelga y el paro,
y alzan sus banderas al claro del sol de los trabajadores.
Los republicanos callan ante el discurso certero
de los delegados obreros que en los debates brillan.
Es el tiempo de la esperanza, de la revolución posible,
de la utopía invencible que en el pueblo se afianza.
Yo fui Severino Albarracín
maestro y anarquista
que luché por la libertad
de los obreros de Alcoy.
Era el siete de julio
de mil ochocientos setenta y tres
cuando seis mil compañeros
se declararon en huelga.
Y se reunieron en la plaza de toros con fuerza
para pedir a los patronos que tuvieran vergüenza.
Yo presidí el Comité de Salud Pública
y defendí la causa del pueblo.
No me arrepiento de nada
de lo que hice y dije.
Solo espero que algún día
los obreros sean libres.
En mi lecho de muerte
me asistió el doctor Viñasamigo y compañeroen la causa anarquista.Y en mis últimos momentosmi pensamiento volóa la revolución de Alcoyque fue el mayor orgullo.
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